viernes, 15 de enero de 2016

La cuesta de enero y cómo llegar a finales de mes (i)

Estas Navidades, mis padres comentaban que cuando era pequeño y me daban unas monedas, me faltaba tiempo para correr al quiosco más cercano a gastarlo en lo que fuera. Por lo visto, alguna que otra vez le dije al quiosquero «¿Qué me das por esto?» y ni siquiera me molesté en recoger la vuelta, porque si no me servía para comprar nada, no me interesaba. Aunque no recuerdo exactamente esa anécdota, no me resulta extraña, ya que el dinero siempre parece quemarme en las manos y, en cuanto lo tengo, lo primero que hago es pensar en qué puedo gastarlo.

Esta tendencia al gasto tiene su gracia cuando eres un niño y lo peor que puede pasarte es que luego tengas que renunciar a otras cosas que te gustan más. Sin embargo, cuando creces, comienzas a trabajar y tienes que pagar un montón de facturas, no resulta nada divertido quedarse a cero a mediados de mes y tener que pedir dinero para acabar el mes.

Evidentemente, cuando comencé a cobrar un sueldo, no gastaba el dinero exactamente con la misma facilidad que cuando era pequeño, pero aún así tenía una peligrosa tendencia a gastar de más y, con frecuencia, llegaba a finales de mes con la cuenta corriente en números rojos. Como esta situación no es nada agradable, desarrollé un método para controlar los gastos, primero en papel y más tarde una hoja de cálculo, que he ido refinando hasta que ahora es poco habitual que tenga problemas para llegar a finales de mes.

Teniendo en cuenta lo mucho que me sigue gustando gastar dinero, estableciendo una analogía entre este método y el adelgazamiento, vendría a ser una dieta que ha conseguido que alguien con un metabolismo extremadamente lento se mantenga en su peso. Y, al igual que ocurre con los métodos para bajar de peso, los resultados no son inmediatos ni se consiguen sin ningún esfuerzo. No es que el método sea muy complicado, pero sí que es hay que dedicar un rato a comprender el sistema y, sobre todo, a ponerlo en marcha. Eso sí, una vez asimilado, es muy sencillo y apenas cuesta mantenerlo.

Para que esta entrada no acabe resultando siendo kilométrica, voy a dividir el método en dos partes. En esta primera explicaré la parte anual y en la siguiente la parte mensual.

La idea en la que se basa el método es que no somos conscientes de los gastos que tenemos y tendemos a subestimarlos. Es decir, a primeros de mes nos ingresan el sueldo, calculamos los gastos que tendremos y pensamos que tenemos holgura para gastarnos un dinero que en realidad luego nos hará falta. Y es que desgraciadamente lo normal es que todos los meses haya algún gasto anormal que hará que se nos desbaratará el presupuesto.

Las buenas noticias son que esos gastos inesperados en realidad no lo son tanto. Por ejemplo, si tenemos que pagar los impuestos municipales, tal vez el primer año nos llevemos el susto, pero a partir de ese momento, deberíamos tener ya una idea de cuánto dinero necesitaremos y cuándo. Basta con anotar todos estos gastos y podremos hacernos una buena idea sobre los gastos que tendremos todos los años.

Aunque puedes crearte tu propia hoja de cálculo para anotar estos gastos, probablemente te resulte más fácil seguir este método si te descargas la hoja de cálculo que encontrarás aquí en formato .ods (LibreOffice) o aquí en formato .xls. Ábrela y debería estar seleccionada la pestaña Anual. Si no lo está, elígela. Esta hoja de cálculo sencillamente indica los doce meses del año y los gastos previsibles que hay en cada uno de ellos. He incluido en la hoja de cálculo datos de ejemplo que he intentado que sean de aplicación general. Por ejemplo, en enero, hay que pagar el alquiler, la electricidad, el agua y el teléfono, en febrero hay que pagar el alquiler, el agua, el teléfono y el gimnasio.

El primer paso consiste en incluir en esta hoja de cálculo absolutamente todos los gastos previsibles que tengas cada año. Si necesitas más filas, añade todas las que quieras para anotar tus gastos. Lo importante es que no cambies las celdas coloreadas, que se actualizan automáticamente.

¡Ojo! Aunque los gastos que he incluido son los más habituales si, por ejemplo, cumples años en julio y te sueles gastar 400 € en invitar a la gente, ¡inclúyelo también! No hace falta incluir cada euro que gastes, pero cuanto más incluyas, más precisos serán los resultados.

Tal vez pienses «Hay gastos que son fijos, pero otros varían según el mes, ¿cómo sé lo que voy a gastar?». Bueno, aunque no lo sepas al detalle, tendrás una idea. Es preferible pasarse que quedarse corto, pero cualquier cantidad sirve de ayuda. Por ejemplo, la factura de electricidad suele variar bastante, pero con indicar el último importe en todos los meses, ya será una buena aproximación que podrás corregir más adelante. También puede serte de ayuda desglosar un gasto. Por ejemplo, si el concepto «Tarjeta de crédito» resulta ser muy variable, divídelo según las cosas que compres con la tarjeta, como por ejemplo «Gasolina» y «Supermercado». Verás que no cambian tanto de un mes a otro.

Esta es la parte más pesada, ya que tendrás que dedicar un tiempo a revisar facturas y, durante el primer año, tal vez descubras que se te han olvidado cosas, pero si completas un año, descubrirás que al año siguiente apenas tienes que retocar nada.

Todos los gastos de enero.
Solo con rellenar esta hoja, descubrirás patrones que tal vez antes se te hayan pasado desapercibidos. El gasto medio para este ejemplo es de 625 € (celda B11), pero hay meses que se separan considerablemente de este valor. Por ejemplo, octubre es un buen mes, ya que solo hay tres gastos que suman un total de 500 € (celda K9). Sin embargo, en el mes siguiente se unen nada menos que seis gastos, por un total de 1020 € (celda L9), algo más del doble que el mes anterior. Por tanto, si en octubre has gastado de más, pensando que te sobraba dinero, es posible que noviembre te ponga en un aprieto cuando tengas que enfrentarte a muchos más gastos de los habituales.

La clave para no caer en negativo en ningún momento está en la fila 13, donde se indica el dinero que hay que reservar al final de cada mes para no tener problemas. Por ejemplo, en enero tenemos que tener ahorrado 130 € (celda B13), en febrero 135 € (celda C13), en marzo 140 € (celda D13), etc. Si cumplimos este objetivo, ningún mes podrá sorprendernos. Continuando el ejemplo anterior, si en octubre terminamos con los 415 € de ahorro que nos recomienda el mes anterior, noviembre no será ningún problema.

Calcular y anotar los gastos mensuales ya es algo que nos entretendrá un tiempo, así que nos por hoy nos pararemos en este punto. Lo que queda es mucho más sencillo y, en cualquier posible, es posible que con esta pestaña que hemos visto tal vez te baste para organizarte mejor.

Si tienes cualquier duda sobre lo que he comentado o quieres saber más sobre el razonamiento en el que se basa el método, no dudes en escribirme. Si lees este blog, probablemente sabrás mi dirección de correo y, si no es así, escribe un comentario y me encantará responder a cualquier duda.

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